Saltar es una actividad física simple, pero muy completa, que aporta beneficios tanto a nivel físico, como psicológico. Además, no es necesario ningún elemento especial para saltar. En caso de no disponer de comba, cuerda de saltar, cama elástica o goma elástica, podemos echar mano de la imaginación para practicar el salto.
Al ser un ejercicio muy completo, trabaja muchos grupos musculares y articulares. Esto hace que todo el cuerpo se mantenga activo y en forma. Va mejorando su coordianación, aumenta el equilibrio y los reflejos.
Primeramente, saltar es un ejercicio que precisa resistencia. Parece que los niños no se cansan nunca, pero cada salto requiere un gran esfuerzo físico, que desgasta mucha energía. Por tal motivo, los niños potencian su resistencia física. Podemos practicar con un pie, con los dos, con diferentes alturas, en diferentes terrenos,...
Por otro lado, mejoran su flexibilidad y agilidad, ya que son necesarios para determinados tipos de saltos. Saltar sirve para potenciar la psicomotricidad y la coordinación de los niños.
Uno de los grandes beneficios de saltar para los niños es que liberan energía y adrenalina, lo que les hace reducir el nerviosismo y mejorar el descanso. El deporte les ayuda a relajarse y a estar más tranquilos.
Cuando los niños son conscientes de que practicando mejoran, les sube el autoestima y les anima a seguir superándose cada día.
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